La ceremonia de toma de posesión del presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, experimentó contratiempos significativos este domingo, marcada por manifestaciones y demoras en la sesión parlamentaria destinada a designar la nueva Junta Directiva.

Ante los impedimentos de la toma de posesión, grupos indígenas y partidarios de Arévalo lograron romper el cordón de seguridad en los alrededores del Congreso, donde los legisladores continuaban con las negociaciones para definir la composición de la nueva administración.

Simultáneamente, se registraron protestas en diversas calles de la capital guatemalteca, acompañadas de enfrentamientos con las fuerzas policiales. Imágenes difundidas en redes sociales evidenciaron el uso de gas lacrimógeno en un intento por disuadir a los manifestantes en medio de la agitación. Por otro lado, diputados pertenecientes al Movimiento Semilla denunciaron haber sido detenidos dentro de las instalaciones del Congreso, obstruyendo así el normal desarrollo de la jornada.

Las tensiones se intensificaron después de que el Congreso impidiera la instalación de los parlamentarios del Movimiento Semilla durante la sesión solemne. Esto se debió a la suspensión, solicitada por la fiscalía, del proceso de revisión de credenciales de los nuevos diputados antes de su juramentación.

Como consecuencia, se produjeron demoras en la toma de posesión, que no pudo llevarse a cabo en el horario previsto. A pesar de ello, se informó que la sesión se reanudó luego de un largo de receso, con el objetivo de concluir la juramentación y proceder con los actos previstos.

"Los diputados tienen la responsabilidad de respetar la voluntad popular expresada en las urnas. Se está intentando vulnerar la democracia con ilegalidades, nimiedades y abusos de poder. El pueblo guatemalteco y la comunidad internacional están observando", declaró Arévalo, en su cuenta de X, destacando la importancia de preservar la integridad democrática.