El anterior presidente de Guatemala, el Dr. Giammattei, dio luz verde al polémico permiso ambiental para la operación de la mina Cerro Blanco, ubicada en Asunción Mita, Guatemala. Este movimiento ha desatado la preocupación de activistas y ciudadanos, especialmente en El Salvador.

La Mina Cerro Blanco, propiedad de la empresa canadiense Bluestone Resources, perteneciente a la corporación Lundin Group, se encuentra a escasos 18 kilómetros de la frontera con El Salvador. Expertos advierten que la mina a cielo abierto amenaza la salud del lago Güija y el río Lempa, fuentes cruciales de agua para más de 4 millones de salvadoreños.

Hector Silva, concejal de San Salvador advirtió en su cuenta de X:  "BUZOS: la Mina Cerro Blanco tiene permisos y amenaza con contaminar el agua de El Salvador. La contaminación sería difícil de revertir y pone en riesgo la vida y la salud de las y los salvadoreños. ¡TOMEMOS CARTAS EN EL ASUNTO ANTES QUE SEA MUY TARDE! ⚠️"

La corporación Lundin Group ha pagado más de 17 millones de dólares al gobierno guatemalteco en impuestos por la exploración e inversión, lo que ha generado críticas y cuestionamientos sobre la prioridad de la economía sobre la preservación ambiental.

Organizaciones y ciudadanos de El Salvador han expresado su indignación y preocupación, ya que la quebrada El Tempisque, que desemboca en el lago Güija, ha mostrado niveles elevados de metales pesados y que a su vez contaminaría las aguas del río Lempa. 

De acuerdo al Observatorio de Industrias Extractivas, en su cuenta de X, afirman: “Más de 4 millones de salvadoreños dependen del agua del río Lempa, y una de sus principales amenazas es la actividad minera en la zona de Guatemala. Según la Universidad de Virginia Tech, la quebrada El Tempisque excede los valores de varios metales pesados.”

El llamado a la acción se intensifica, instando a las autoridades guatemaltecas y salvadoreñas a tomar medidas decisivas antes de que sea demasiado tarde. La población se moviliza para proteger sus recursos naturales y preservar la salud de las comunidades afectadas. La batalla por Cerro Blanco se vuelve un símbolo de la lucha entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente en la región.