En los últimos años, El Salvador ha experimentado una notable disminución en el número de homicidios intencionados, según los datos proporcionados. En el año 2022, se registraron 496 casos, marcando una disminución significativa en comparación con los años anteriores, mientras que en el 2023 fue de 194 homicidios. 

La tendencia a la baja es evidente al observar los datos de años anteriores. En 2021, los homicidios se redujeron a la mitad en comparación con el año anterior, alcanzando la cifra de 1,085. Estos resultados reflejan un esfuerzo sostenido por parte de las autoridades para abordar la violencia en el país.

Es alentador notar que tanto los homicidios de mujeres como de hombres han experimentado una disminución. En 2022, se reportaron 71 homicidios de mujeres, en comparación con los 133 de 2021. De manera similar, los homicidios de hombres disminuyeron de 944 en 2021 a 425 en 2022.

El análisis por relaciones familiares muestra que los homicidios cometidos por familiares, ya sean de mujeres o hombres, han disminuido. En 2022, se registraron solo 4 homicidios de mujeres y 2 de hombres por parte de familiares.

A pesar de estos avances positivos, la tasa de homicidios por 100,000 habitantes fue notable, situándose en 7,83 en 2022, mientras que en el año 2023 la cifra cayó drásticamente hasta situarse en 2.4 por cada 100,000 habitantes. Aunque muestra una mejora en comparación con años anteriores, sigue siendo un área de preocupación para las autoridades, pues se espera que dichos niveles se reduzcan por debajo del 1%.

Este cambio positivo es atribuido a las políticas gubernamentales, esfuerzos de seguridad y programas de prevención del crimen, que están contemplados en el llamado Plan Control Territorial, que en tiempo récord ha logrado bajar los homicidios intencionados hasta niveles históricamente nunca vistos.. Sin embargo, se requerirá una vigilancia continua y una acción proactiva para garantizar que esta tendencia a la baja en los homicidios se mantenga y se fortalezca en los próximos años.